TOLEDO: La Ciudad de las Tres Culturas
- Inicie sesión para comentar
Confieso que padezco el síndrome de Toledo, a escasos veinte minutos en tren desde Madrid, Toledo se abre al visitante como un destino indispensable, porque viajar a Toledo es zambullirse en un laberinto que te atrapa y te transporta al pasado de España.
Todas las civilizaciones que ocuparon España, dejaron sus huellas aquí, y es que Toledo goza de una situación privilegiada dentro de la península ibérica. Está situada sobre un promontorio rocoso, y rodeada por las aguas del Tajo.
Los carpetanos, primeros moradores de Toledo se asentaron en esta zona, provenientes de otra zona de la península, además gracias a las aguas del Tajo era una zona inaccesible. Después vinieron los romanos, en esa época Toletum fue uno de los principales enclaves en España, en diversas zonas de la ciudad, se conservan vestigios de su paso, bajo iglesias, bares o comercios, quedan aún restos de sus construcciones, que son mezcla del presente con el pasado.
Toledo, al ser patrimonio de la humanidad, está rebosante de vida, sus calles se llenan de turistas venidos desde todas partes del mundo, en busca de descubrir toda la cultura que atesoran sus calles, sus monumentos, sus iglesias, sinagogas o mezquitas.
En el siglo V, los visigodos convirtieron a Toledo en la capital de Hispania, y es cuando la ciudad emerge como punto importante a nivel mundial, para comprender esta época es imprescindible visitar el Museo Visigodo, situado dentro de la imponente iglesia de San Román, construida encima de una antigua mezquita.
En el año 711, los musulmanes tomaron la ciudad, con lo cual se establecieron durante ocho siglos, a partir de esa época, convivieron en la ciudad las tres culturas, árabe, cristiana y judía. De esa época Toledo conserva el nombre de la plaza de Zocodover, lugar de comercio de animales y hoy es epicentro de la ciudad. Al estar construido sobre una colina, Toledo conserva su entramado de callejuelas intrincadas, su muralla y las mezquitas que han llegado hasta nuestros días, como las de Tornerías, donde se observan los arcos de herradura tan característicos de esa época, siendo de exquisita sencillez. Con la reconquista, el edificio cambia su fisionomía para adaptarse a la nueva religión y es rebautizada con el nombre por Ermita del Cristo de la Luz.
Con el paso de los años, se mantuvo la convivencia pacífica, repartiéndose la ciudad entre los árabes, cristianos y judíos, acuñándose con el nombre de ciudad de las tres culturas.
En el siglo XIII se comienza la construcción de la Catedral de Toledo, tardando trescientos años en concluir las obras, apreciándose por este motivo, la mezcla de estilos arquitectónicos. El resultado de tantos años de trabajo es la construcción de un amplio templo, el segundo en tamaño de España, después de la Catedral de Sevilla. En la majestuosa catedral se aprecian las vidrieras medievales, aunque es con el sol, como se aprecia su obra cumbre del barroco, el llamado TRANSPARENTE, en el que se contempla el Sagrario con luz solar directa.
Toledo se puede saborear en todos sus rincones, rincones poco conocidos como las Cuevas de Hércules, también al llamado mercado del martes, donde se vendían las bestias en siglos pasados. En la anexa plaza de Zocodover se pueden apreciar multitud de confiterías donde degustar el archiconocido mazapán de Toledo, elaborado por las monjas de San Clemente, aunque tienen origen árabe.
Desde la plaza de Zocodover, parte la calle más famosa de Toledo, la Calle Ancha donde se celebra el famoso Corpus Christi, que está considerada como fiestas de interés turístico internacional. Además de esta fiesta reconocida internacionalmente, Toledo tiene fama por sus damasquinados y su artesanía del metal, con producción y joyas.
Toledo despierta una energía que te hace vivir unas circunstancias muy, muy especiales. Pasear por Toledo es perderse en un entrecruzado laberinto de callejuelas donde el pasado esta presente de forma palpable. Si recorremos dichas callejuelas intrincadas, de altos y gruesos muros, nos indican que paseamos por la zona de los cobertizos de los conventos, eran los escenarios de los duelos de los nobles, aunque respetando siempre la zona de los altares.
Si nos acercamos a una de las muchas placitas que salpican el casco antiguo de Toledo, podemos contemplar una placa que está dedicada a Bécquer y junto a ella, las figuras de unas golondrinas que están colocadas sobre la pared y que nos recuerda a sus famosas Rimas y Leyendas.
En la zona de las juderías está la casa del que por aquellos tiempos era el judío más rico de Toledo y dicen que vendió las joyas para prestarle el dinero a la reina Isabel la Católica para financiar parte de la aventura del viaje de Colón a América.
Al pasear por las calles de la Judería de Toledo, el viajero se impregna de la fragancia de toda esa época y de todo el saber que transmitieron aquellos sabios. Si nos acercamos a la Sinagoga del Tránsito, nos dejaremos envolver por toda la magia que este edificio transmite. Toledo pertenece a la Red de Juderías de España.
La noche de Toledo más allá de una leyenda tremendamente popular, hay determinados rincones vinculados a las zonas más poéticas donde se remansa el tiempo y donde se transmite una paz en cada paso que el viajero camina por sus calles.
Hay un Toledo mágico, descubriendo una ciudad legendaria, esta superposición de culturas hace que sea una ciudad muy rica en este tipo de circunstancias. Un rincón que así lo atestigua es el callejón de los muertos, que llevaba a uno de los numerosos obituarios que existían en el casco antiguo de Toledo. En Toledo hay un dicho muy socorrido que indica que si alguna vez se pudiera computar, habría más gente enterrada que la que vive por arriba. La cueva de San Miguel es uno de los números subterráneos que están horadados en el subsuelo. La ciudad siempre fue vinculada con la brujería de la Edad Media, y en la literatura medieval se reflejan muchos de estos hechos.
Para concluir, recomendamos una visita imprescindible a esta ciudad imperial con tanta historia y perderse por sus rincones plagados de misterios y leyendas. Pasear por Toledo es retroceder en el tiempo y vivir aventuras de otra época.
Elaborado por Pedro Antonio González González